CAMPO MISIÓN DEL SEMINARIO MAYOR DIOCESANO DE LEÓN.

Formar sacerdotes santos y competentes, está es la pretensión que busca el Seminario Diocesano de León para responder a los tiempos actuales, donde el candidato del sacerdocio ministerial, no sea solamente un mero celebrador de misas, o que también podríamos llamar un especialista o funcionario religioso, sino alguien que se interese por las personas, alguien que teniendo identidad de quién es, atendiendo a la voz de Dios en los acontecimientos y gente que lo rodea, sea capaz de tener un corazón de Buen Pastor, donde quepan todos sin distinciones.

Para llegar a esto, una de las cualidades y actitudes que durante la formación dentro del seminario tienen que forjarse, es la sensibilidad, donde el llamado por Dios mira a la realidad en ocasiones dura y difícil de las personas a las que por su misma vocación tiene que atender verdaderamente. Siguiendo el ejemplo de Cristo, con gestos muy concretos y desinteresados, el seminarista tiene que compadecerse, ver al que necesita de Dios y de la misma Iglesia.

Para esto, los alumnos del levítico plantel nos encontraremos realizando en un tiempo de cuatro semanas el denominado campo misión de verano, donde en distintas parroquias de León (San Juan Bautista del Salle, Santísima Trinidad, San Juan Diego, la 10 de Mayo, San Francisco de Asís, Nuestra Señora del Monte Carmelo) en San Francisco del Rincón (El Señor de la Salud), en Guanajuato (Pueblito de Rocha y Basílica de Nuestra Señora de Guanajuato), realizaremos este trabajo pastoral, abiertos y atentos a las distintas condiciones concretas de las parroquias de nuestra arquidiócesis, donde se busca no quedarse en meros espectadores, sino alguien  que salga al encuentro del prójimo.

Dicha campo misión será realizada por distintos equipos, no solamente de trabajo, no como meros colaboradores que buscan una promoción de social, sino que a ejemplo de los primeros cristianos, constituyan comunidades de vida, siendo aptos para resolver problemas, vivir en una fraternidad de hermanos, y den testimonio de su ser cristianos, de su identidad de ser futuros pastores.

 

Redactó: David de Jesús Silva Mares (III de Filosofía)