25 DE MAYO: PROVIDENTE Y GRANDIOSO DÍA

Quienes formamos la Institución del Seminario Diocesano de León hemos celebrado como aquel día grandioso, el 25 de Mayo de 1864, la Templo de Nuestra Se–ora de los çngelesfundación del Seminario de León. Nos hemos dado cita este domingo 25 de Mayo no sólo como un recuerdo, sino para elevar nuestras voces de agradecimiento a Dios por tantas bendiciones y frutos manifestados en tantos sacerdotes y que ha dado esta Institución esencial en la vida de la Iglesia diocesana. El lugar fue el mismo de hace 150 años: el Templo de Nuestra Señora de los Ángeles, lugar en el que se dio inicio a esta obra, inspirada por Dios y dirigida por sacerdotes, hombres de barro, pero guiados por el Espíritu Santo, consagrados a Dios al servicio de esta Iglesia Local.

Durante la celebracion  El acontecimiento dio inicio al amanecer en cada una de las casas, ya que se dio gracias a Dios por tan especial día. El momento culmen fue la Eucaristía. Momentos antes de las 12:00 del mediodía, acudimos al Templo para prepararnos a la acción de gracias por excelencia. Dando la hora, comenzó la procesión de entrada, presidida por el Rector del Seminario, el Pbro. Lic. José Márquez Márquez, y concelebrando los demás formadores de las distintas etapas de la formación: p. Marcos Cortés (Vicerrector), P. Darío Nache (Prefecto de disciplina de teología), P. Rubén de la Cruz (Director espiritual de teología), P. Juan Ramón Sainz (Prefecto de disciplina de Filosofía), P. Ernesto Castro (Director espiritual de filosofía), P. Jorge Armando Chávez (Encargado del Curso Introductorio), P. David Alba (Prefecto de disciplina del Seminario Menor), P. Julio Alejandro Fuentes (Director espiritual del Seminario Menor) P. Diego Alejandro Porras (Director espiritual del Seminario Menor), P. Lauro Flores (Director espiritual del Seminario Menor) y el P. Margarito Hernández, encargado del Templo de Nuestra Señora de los Ángeles, quien en acuerdo con el equipo formador del Seminario, se celebró la Misa en el lugar en donde dio inicio el caminar del Seminario de León.

      Todos los seminaristas en el mismo lugar También estuvieron presentes los diáconos, quienes se prepararan a la ordenación sacerdotal, que aún cursan el cuarto año de teología, así como los seminaristas que estudian la filosofía y la teología. Asistieron también los seminaristas del Curso Introductorio, los del Seminario Menor (etapa de preparatoria) y una representación del Seminario Auxiliar (etapa de secundaria).

       En la homilía, el Rector manifestó que en este día es importante reconocer lo que Dios ha hecho de esta Institución: “… Es por eso que debemos darle gracias a Dios, porque descubrimos a través de esta historia de nuestro Seminario, a través de esta fundación de estos 150 años, que realmente el Señor ha hecho maravillas, que las obras del Señor son admirables en nuestra historia, que nuestra vida no es la historia de cosas, sino es la historia de personas, que han formado precisamente parte de esta Institución tan central e importante en la vida de la Iglesia diocesana…”

      También expresó como Dios se ha manifestado en esta historia por medios de personas concretas: “En sus obras maravillosas Dios se ha manifestado en todo este tiempo a través de tantos obispos, a través de tantos formadores, a través de tantos sacerdotes que han salido de esta Institución, a través también, de tantos que a lo mejor no llegaron a ser sacerdotes, pero que sin embargo, también han hecho historia dentro de su vida como cristianos, como seglares”.

       Invitó a todos los presentes a continuar con alegría esta obra y pedirle que a cada uno nos vaya formando con el corazón de Buen Pastor. La celebración Eucaristía terminó con un agradecimiento a Dios, manifestado con un aplauso muy sentido por la oportunidad providencial de poder celebrar 150 años de fundación de nuestro Seminario.

      Por la importancia de esta celebración, cabe recordar algunos puntos del Decreto de erección emitido por el primer Obispo de León Dr. D. José María de Jesús Díez de Sollano y Dávalos del que nombró “Colegio Seminario”:

En uno de sus puntos señala el Patrocinio que llevará el Seminario y que los seminaristas deben tener siempre presente: “…Nuestro Seminario En el templo de los AngelesConciliar de la Santa Iglesia de León queda erigido bajo el patrocinio de Ntra. Señora la siempre Virgen María en la Advocación de Madre Santísima de la Luz y su Purísima Concepción Inmaculada, y los santos Protomártir del sigilo sacramental, Sr. S. Juan Nepomuceno y el insigne angélico Doctor Santo Tomás de Aquino y la Doctora santa Catarina mártir“.

      Por tal patrocinio, para 1953, el Rector del Seminario, los formadores y los profesores hicieron la petición al séptimo obispo de León, el Excmo. D. Manuel Martín del Campo y Padilla, de darle al Seminario el siguiente nombre: “Seminario de la Madre Santísima de la Luz y de su Inmaculada Concepción“. Este es el título que a la fecha lleva nuestro Seminario consagrada a la Madre de Dios.

      Los que formamos el Seminario, en estos 150 años de vida, hemos querido recobrar esa historia que nos lleva a valorar la presencia de Dios en este caminar, pero también a emprender nuevos caminos, nuevos retos guiados por el Espíritu Santo, protegidos por la intercesión de María, la tan amada Virgencita del Seminario, para que todos los sacerdotes que surjan de esta Institución sean los Pastores que sirvan a esta Iglesia diocesana a imagen de Cristo el Buen Pastor.

P. Marcos Cortés Muñiz.

Vicerrector del Seminario de León

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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