150 años de vida del Seminario Diocesano de León

Conmemoración de los 150 años de vida del Seminario Diocesano de León.

Magna concelebración eucarística en la Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana.

29 de mayo del 2014

 

“Bendito sea Dios… que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales”

Mons. Juan FraustoSon las palabras que san Pablo dirige a los Efesios en su carta, y que hacemos nuestras en esta extraordinaria celebración de los 150 años de vida del Seminario Diocesano de León con ocasión del recuerdo de su erección canónica del día 29 de mayo pero del año 1864. Hemos recibido de parte de Dios, efectivamente, durante todo este tiempo, toda clase de bienes espirituales, abundancia de dones y selectos frutos; y nuestra voz se alza a las alturas agradeciendo al Dueño de la mies por su bondadoso cuidado y su constante predilección.

Su Excelencia Mons. D. Juan Frausto Pallares, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de León, presidió la Eucaristía teniendo como obisposDos pastores nos acompañan concelebrantes a S.E. Mons. D. José Guadalupe Martín Rábago, arzobispo emérito de nuestra arquidiócesis; y a S.E. Mons. D. Armando Ortiz Aguirre, obispo de la diócesis de Lázaro Cárdenas. No podía faltar la presencia de todos los sacerdotes que integran el equipo de formadores del Seminario de las diferentes casas formativas; la compañía de más de un centenar de sacerdotes, diocesanos y religiosos; los seminaristas de las cuatro casas de formación, la presencia también de  las religiosas Dominicas de María, que desde hace más de cincuenta años colaboran en la formación de los futuros sacerdotes en el noble servicio de la cocina y la participación de muchos amigos, familiares, exseminaristas, profesores y bienhechores que con su apoyo y estima hacen posible la continuidad de la formación de los futuros sacerdotes.

La celebración Eucarística estuvo revestida de un ambiente de solemnidad y alegría, una celebración netamente mariana al tomar las lecturas y el esquema del común de la Santísima Virgen María; las palabras de Mons. D. Juan Frausto Pallares en la homilía ofrecieron siempre una constante invitación a contemplar la historia de nuestro Seminario y vislumbrar los grandes acontecimientos vividos, los ilustres personajes que han forjado y hecho posible esta insigne institución formativa, por ello podemos afirmar que: “Cristo el Maestro, durante 150 años, ha estado formando en nuestro Seminario a nuestros sacerdotes, adoctrinándolos con su Palabra en la Sagrada Escritura, acompañándolos con su persona en la Eucaristía, con su oración en la liturgia y conduciéndolos con amor, sabiduría y prudencia por medio de sus pastores los obispos, los En la celebracionpadres formadores y los profesores” (extracto de la homilía). Y en esta historia del Seminario, tenemos que hablar de la presencia siempre cercana de María, la madre de Dios, en su advocación de la Inmaculada Concepción, a la cual, contemplamos salir al encuentro, como lo hizo con su prima santa Isabel, para permanecer en nuestro Seminario: “Mons. Diez de Sollano, donó a su querido Seminario la imagen de la Inmaculada, imagen hermosa, herencia de sus antepasados, y por lo mismo, un tesoro muy apreciado por él; en esta hermosa imagen María es invocada, con mucho amor y ternura, por los seminaristas, los sacerdotes y fieles en general con el título de Virgencita del Seminario”. Por ello, podemos afirmar que, María Santísima, ha estado acompañando y formando a los futuros sacerdotes al igual que como hizo con nuestro señor Jesucristo; la compañía de la madre Santísima de la Luz y la presencia de la Virgencita del Seminario le dan al Seminario un sello eminentemente mariano.

En la celebracion 1Las gracias que nuestro Seminario ha recibido de Dios son innumerables, entre las cuales se puede contar al presbítero san José María de Yermo y Parres, al presbítero beato José Trinidad Rangel, mártir de Cristo Rey, a algunos presbíteros siervos de Dios y a muchos sacerdotes que murieron en olor de santidad. Entre sus filas han pasado grandes arzobispos, obispos, monseñores, grandes oradores, eminencias en el campo de la ciencia y, sobre todo, una multitud de sacerdotes verdaderos pastores.

Visualizar nuestra historia no es un quedarse en el pasado, sino una invitación del tiempo presente para prepararnos a responder a las necesidades del mundo actual como una iglesia decididamente misionera, que pueda llevar el evangelio con la misma frescura y una profunda experiencia de Dios, y así, renovar las estructuras de la sociedad para formar una verdadera comunidad con los mismos sentimientos evangélicos, comprometidos con los pobres y disponibles a la solidaridad.

Ante las maravillas que Dios ha obrado por nuestro Seminario sólo podemos decir, junto con María Santísima: “nuestra alma glorifica al Señor yseminario de leon nuestro espíritu se llena de gozo en Dios, nuestro Señor”. Gracias, muchas gracias al Señor por su benevolencia, y a todos ustedes que día con día a través de su oración y cercanía hacen posible que el Seminario siga construyendo y forjando a los futuros sacerdotes de nuestra Iglesia de León.

 Al término de la celebración Eucarística, tuvimos la oportunidad de compartir un rico banquete todos los que hacemos posible el Seminario de León, junto con muchas personas que se dieron cita en el Auditorio del Seminario de León.

comida en el Seminario de León

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Pbro. Lic. David Alba

Prefecto de disciplina, Seminario Menor.

 

 

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